Con movilizaciones multitudinarias, la comunidad educativa protagonizó en todo el país una histórica jornada en defensa de la universidad pública y en rechazo al ajuste presupuestario dispuesto por el gobierno de Javier Milei.
En la ciudad de Buenos Aires, los manifestantes colmaron el Congreso y la Plaza de Mayo, y desbordaron las calles aledañas, con una concurrencia estimada en 800 mil personas, según los organizadores, y de un millón y medio en todo el país.
La marcha –que se replicó en distintas partes del país- fue convocada de manera conjunta por el Frente Sindical de Universidades Nacionales -que nuclea a los gremios docentes y no docentes Conadu, Conadu Histórica, Fedun, Fagdut, UDA, Ctera y Fatun-; la Federación Universitaria Argentina (FUA) -que representa a más de dos millones de estudiantes- y el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), que congrega a las autoridades de 57 universidades nacionales y 14 provinciales.
Columnas de docentes y estudiantes de otras casas de estudio públicas del conurbano bonaerense –como Moreno, San Martín, Avellaneda, entre otras- y de la ciudad de La Plata llegaron caminando a la ciudad de Buenos Aires y en tren a las estaciones de Constitución, Once y Retiro para sumarse a la marcha, en tanto que las líneas de subte también se vieron colapsadas de gente.
Docentes, no docentes, autoridades, investigadores y estudiantes universitarios protagonizaron la inédita marcha nacional, que tuvo su epicentro en la Plaza de Mayo, pero se replicó en todas las provincias del país, con paro nacional y jornadas de protesta, en defensa del sistema universitario y científico público argentino, para reclamar contra el desfinanciamiento que lleva adelante el gobierno de Milei.