El Barrio 28 de octubre de Ciudad Evita, pone de relieve un sin fin de problemáticas que se han agudizado en plena pandemia: el déficit habitacional, la falta de un techo, una realidad local y regional, y que agrava la situación de pobreza que alcanza a casi la mitad de los argentinos, mientras crece la desocupación; y se suma a la polémica y preocupación de vecinos de otros barrios por tomas que pretenden avanzar sobre la Reserva de Ciudad Evita.
“Nosotros no estamos ni siquiera dentro de la Reserva, estamos dentro de la parcela 123d circuito 7 que pertenece al barrio 22 de Enero, zona urbana, quiero aclarar eso porque muchas personas están diciendo lo contrario”, sostienen los vecinos del 28 de octubre.
Gabriela, una de las habitantes del 28 de Octubre cuenta cómo surgió la toma, en tiempos en los que gobernaba el macrismo y cada vez se hacía más cuesta arriba poder comer; por eso empezaron el comedor “Dios es fiel”. “Con sueldos de 20 mil pesos no se puede alquilar y comer” lamentó la vecina.
“Nosotros estamos gestionando las tierras dignamente, estamos tratando de que un lugar que era un baldío sea un lugar y un barrio digno” sostiene mientras recuerda que cuando llegaban se encontraban autos cortados, animales muertos y mucha basura.
“Yo sé que muchas personas después de este video van a hablar muchas cosas, porque hemos sido insultados, denigrados, discriminados y dijeron muchas mentiras” anticipa la vecina, que además muestra capturas de facebook con amenazas de algunos vecinos de otros barrios que dicen que hay que prenderlos fuego y tirarles una bomba por estar en ese lugar y por ser “negros” y ocupar la Reserva. Actualmente la situación del barrio esta judicializada.
A su vez, señala la dificultad de tener que vivir sin agua: “No tenemos agua, tenemos 5 canillas de agua, fuimos a Aysa y hasta hoy no hubo una respuesta”. Por este motivo hicieron perforaciones y hay canillas comunitarias.
“Acá hay una verdadera necesidad que es tener un techo digno, y nosotros por lo que estamos peleando es por nuestra dignidad”, explica Gabriela, que sueña con un plan de viviendas, con un Estado presente -como el que le dio los hogares a otros vecinos de Ciudad Evita- con algún tipo de solución, para ella y para sus vecinos.