La ONU (Organización de las Naciones Unidas) reconoció las propiedades medicinales del cannabis y lo eliminó de la clasificación de los estupefacientes más peligrosos, aunque su consumo con fines recreativos sigue prohibido.
La mayoría simple de los 53 Estados de la Comisión decidió retirar el cannabis y su resina de la Lista IV de la Convención sobre drogas de 1961, lo que significa que se reconoce oficialmente la utilidad médica de esa planta.
Casi todos los Estados de la Unión Europea -a excepción de Hungría- y numerosos de América sumaron una mayoría simple de 27 votos para aprobar el cambio; sólo se encontró con el rechazo de la mayoría de los países de Asia y África.
Este cambio facilitará la investigación con cannabis, que cuenta con principios activos que han mostrado resultados prometedores en el tratamiento del párkinson, la esclerosis, la epilepsia, el dolor crónico y el cáncer.
El mes pasado, Argentina legalizó el autocultivo de marihuana para uso medicinal y autorizó la venta de aceites, cremas y otros derivados de la planta con fines terapéuticos amparándose en la recomendación de la OMS (Organización Mundial de la Salud).