Hoy lunes 18 de enero se cumple un año del asesinato de Fernando Báez Sosa mientras vacacionaba con sus amigos en la ciudad balnearia de Villa Gesell a manos de un grupo de jugadores de rugby que lo golpearon hasta matarlo a la salida del boliche Le Brique.
Fernando murió casi en el acto y el crimen, que fue calificado como “homicidio doblemente agravado por su comisión con alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas” quedó registrado en todas las cámaras de los locales cercanos, grabaciones de testigos y de los mismos asesinos.
Un año después, el crimen de Fernando sigue conmoviendo a la sociedad: «El momento más duro fue cuando recibimos la noticia de su muerte», dijo Graciela Sosa, madre del joven en declaraciones.
Ocho rugbiers fueron detenidos y según la fiscal Verónica Zamboni, a cargo de la causa desde el primer momento, tuvieron un rol activo en el asesinato de Báez Sosa: Máximo Pablo Thomsen, Ciro Pertossi, Enzo Comelli, Matías Franco Benicelli, Blas Cinalli, Ayrton Viollaz, Lucas Pertossi y Luciano Pertossi.
Hay dos partícipes más involucrados en la causa, Juan Pedro Guarino y Alejo Milanesi, quienes fueron sobreseídos por la fiscal al considerar que, a pesar de haber estado presentes esa fatídica madruga del 18 de enero, no había pruebas suficientes para involucrarlos activamente en el asesinato de Fernando. A pesar de que para la familia son igual de culpables, hoy se encuentran en libertad.
Silvino y Graciela, realizaron acciones solidarias en memoria de su hijo durante los últimos meses y este domingo realizaron junto a todos los amigos de Fernando, una colecta solidaria en el Parque Rivadavia, del barrio porteño de Caballito, donde juntaron alimentos no perecederos y útiles escolares para ser donados.
«Decidimos homenajearlo así a Fernando, como siempre fue solidario, creemos que es la mejor manera de recordarlo, haciendo lo que él le gustaba», dijo la madre del joven asesinado, en una entrevista con la agencia Télam.