Con las palabras, se puede ir dañando más, aun cuando se ejerce una profesión, que debería ser la más comprometida con los semejantes, y esgrimir la verdad, en el sentido más fuerte de su connotación.
Pero bueno, es una constante que se utilicen los medios y los nombres de cierto prestigio, para amontonar a los procesos organizacionales de los pobres, en una mera manipulación y que son rehenes, por que no les queda otra, que acatar si quieren comer.
Una afirmación que se predetermina, con desestructurar toda organización popular, que no sea previamente vista por el poder y que se encargue de hacerle conocer, quiénes son los verdaderos patrones, desde ya, que todo esto es con sutileza; no vaya a ser que los emparden con los fusiladores, torturadores y desaparecedores del terrorismo de Estado.
Ah, eso sí, deben ser limpitos y ordenados, no como los que marcharon reclamando Tierra, Techo y Trabajo, desde la Iglesia de San Cayetano de Liniers. Es que ahí, se junta todo, lo que estos repetidores de voces del poder le dictan y sobre todo les pagan…para decir que…los pobres son: feos, sucios y malos, y además culpables de todo.
Es que hay un temor por parte de los detentores de los medios de producción y de comunicación, que hace que promuevan acciones y operaciones, en contra de todo proceso que intente revertir la situación actual o que genere cierta conciencia popular, como es el sentido económico y la claridad de construir desde abajo, con los de abajo y no verticalmente, siendo cuasi dadivosos.
El esquema de este pensamiento, es clásico y muy antiguo, es cambiar, para que nada cambie, vociferar y generar en la sociedad más distraída, la fragmentación y el odio, en tanto lo diferente me aleja de lo propio, y se convierte velozmente en el enemigo, a ser repelido y si se puede reprimido y expulsado de la vista general, es decir, esconder a los pobres en el conurbano.
Pero señores, eso no es posible y la historia ya lo ha demostrado unas cuantas veces, que el pueblo puede parecer dormido, puede parecer que lo pueden llevar y traer para donde los seudos dirigentes quieran , pero no señores, el pueblo sabe hasta cuándo y hasta donde, el otro crea que los tiene en sus manos.
Los procesos de liberación de los pueblos, son muy complejos y sobre todo en estos tiempos, donde la pandemia nos mostró el rostro real de los más sanguinarios, que son los mismos que vociferan en contra de los pobres y se embanderan en la figura de los pobres.
Es que en realidad se asustan y desde ahí actúan de modo burgués asustadizo, que le cabe el discurso… de que vienen por su casa, entonces otro factor que utiliza el poder, es agitar el miedo y desparramar esa pus pestilente, que hace que se fragmenten los hermanos y se peleen, y se dividan y se enfrenten.
El hecho es, que el conocer nuestra historia como pueblo, es fundamental, para desestructurar estos versos agitados, pero que suelen instalarse con la fuerza de un tsunami, en el colectivo inconsciente. Y ojo que hablo de colectivo inconsciente, en el sentido de que se trastocan, justamente los sentidos el arriba , el abajo, el costado, el centro, la derecha y la izquierda, para solamente quedar, los dueños y los pobres.
Este armado de desesperanza y de desdén, para los que menos tienen, trata de desalentarlos y hacerlos sentirse tristes, ya que como Jaureche planteaba; nada grande puede hacerse con la tristeza.
Hay que reconocerse con el otro, en la alegría de luchar, no solo por un mejor trabajo, si no por un trabajo que nos de identidad popular, y que nos haga sujetos de derechos.
Eso implica, que todos accedamos a la vivienda digna, a la educación pública, al derecho de proyectar una familia, a la alimentación necesaria para desarrollarse, y todo con el reparto de la riqueza, no con el reparto de la pobreza.
El trabajo es el ordenador de la sociedad, por eso desde hace bastante tiempo lo están destruyendo, porque genera organización popular de los trabajadores.
Entonces desde la informalidad, pretenden o suponen, que el trabajador se va a olvidar de quien es, y así podrán seguir en sus encaramadas offshore y fugando sus divisas, que son de los trabajadores.
En realidad intentan enmascarar toda su felonía de sustracción, de lo que debería ser esparcido en los millones de habitantes de este suelo. Y con todo eso en manos del pueblo organizado, se terminaría de una vez por todas, con todo el flagelo que es la pobreza.
Esta situación que es incomprensible. ¿Cómo podemos entender que un país de alimentos exista hambre? Eso no es por falta de recursos, hay una indebida apropiación de la riqueza en detrimento de la mayoría. Eso es lo que hay que denunciar, eso es lo que se tiene que terminar, e iniciarse el para todos, todo.
Por Alexis Medina