Ya han pasado 15 años de aquella IV Cumbre de las Américas, realizada en la ciudad de Mar del Plata, donde un grupo de presidentes, entre los que se encontraban Hugo Chávez, Lula Da Silva, Néstor Kirchner y Tabaré Vázquez, rechazaron la propuesta de los Estados Unidos –en ese momento gobernados por George Bush- de implementar el Área de Libre Comercio de las Américas, mejor conocida como ALCA.
Aquel gesto marcó el inicio de un proceso de integración regional, un punto de partida de diversas resistencias regionales a las políticas neoliberales llevadas adelante por los pueblos de América Latina post Consenso de Washington.
“Patotear con una simple mayoría, ideas que tienen tanto que ver con la vida de nuestros pueblos, ayuda muy poco a la convivencia de los pueblos” aseguró Néstor Kirchner frente al presidente de México, Vicente Fox y frente al mismísimo George Bush.
Aquella reunión sentó las bases para consolidar el Mercosur y después fundar la Unasur y la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe), en la que no participaban Canadá ni Estados Unidos, pero se incorporaba a la bloqueada Cuba al sistema interregional.