Una guía presentada esta semana por la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (Acumar) revaloriza el rol de la flora nativa para mejorar la conservación del suelo, la depuración del agua y la regulación climática, y anima a los viveros y a los vecinos en general a considerar estas especies a la hora de plantar.
La Guía para la Gestión Integral de Viveros de Flora Nativa Rioplatense, disponible de forma libre y gratuita, se propone recopilar, sistematizar y divulgar el trabajo en materia de biodiversidad de la cuenca para lograr la recomposición socioambiental.
La propuesta surge en el marco del Programa de Impulso y Fortalecimiento a la Red de Viveros para la Producción de Especies Nativas en la Cuenca Matanza.
Así, la publicación se propone brindar herramientas de capacitación para personal de viveros y fortalecer su capacidad de implementar de manera efectiva propuestas de restauración, mantenimiento y creación de espacios verdes públicos mediante la plantación y propagación de especies nativas.
La guía indica que algunas especies autóctonas de esta ecorregión son el Ceibo, Dama del Monte, Dama de Noche, Uña de Gato, Tasi, Chal Chal, Sen del Campo, Curupí, Fumo Bravo, Pindó, Ombú, Ceibo y Chañar .
Según los especialistas de Acumar, el uso de flora autóctona (definida como aquella originaria de los ecosistemas) mejora la conservación del suelo, la depuración del agua y la regulación climática, ya que, biológicamente se encuentra mejor adaptada a sus variables climáticas, interactúa eficientemente con los nutrientes y tipos de suelo y asegura la diversidad biológica.