En el marco de un fuerte programa de ajuste fiscal, el Gobierno Nacional de Javier Milei decidió cerrar 900 oficinas del Correo Argentino. Eso supone despedir personas, pero también aislar a pequeñas comunidades que tenían a esa empresa estatal como su único servicio postal.
Mientras algunos pueblos intentan resistir el embate de la motosierra, la conmoción creció y llegó hasta el juzgado federal número 1 que tiene competencia electoral. Sucede que, según informó Página 12, el Correo Argentino es fundamental en toda la logística electoral desde 1983. Solo en el operativo de 2023 utilizó más de 16 mil vehículos (desde camiones hasta mulas) para distribuir 108 mil urnas en casi 17 mil centros de votación.
Según informó la compañía en su momento, ese operativo (correspondiente a las elecciones generales), demandó el trabajo de más de 76 mil personas en sus oficinas de todo el país. Vale recordar que su tarea no se agotó en distribuir las urnas sino que incluyó retirarlas de los centros de votación y también transmitir los telegramas de escrutinio para realizar el conteo provisorio.
Frente a este panorama, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, expresó su preocupación. «Es muy grave el desmantelamiento del Correo que está ejecutando Milei en muchos pueblos de la Provincia«, indicó. Según el dirigente, la medida «contribuye a aislar al interior» como sucedió cuando «los gobiernos que admira (Milei) cerraron el ferrocarril».
«Pero también preocupa mucho el efecto sobre los actos electorales«, sentenció Kicillof.