«Golpe cívico político policial» son las palabras que usó Evo para explicar lo inexplicable: el horror, el odio racial neoliberal, el desconocimiento a los resultados de las elecciones. Extorsiones, golpes a los más humildes, encarcelamientos, saqueos e incendios a casas de funcionarios, el secuestro de sus familiares y la lista parece no tener fin.
No alcanzaron los más de 10 puntos que Evo sacó en la primera vuelta, ni el proceso de revisión de escrutinio de la Organizaciones de los Estados Americanos, ni que Evo llamara a nuevas elecciones, ni la injusta renuncia que tuvieron que presentar Evo y García Linera para frenar lo que ya se percibía como un baño de sangre para el pueblo. Nada tuvo que ver con eso.
No se le perdona que sea indígena, dirigente sindical, que haya buscado la igualdad de un pueblo, que sacara a millones de la pobreza, que haya estatizado los recursos nacionales que se llevaban unos pocos al exterior y que haya asumido el compromiso de trabajar para los humildes.
Los opositores Juan Carlos Mesa -que resultó segundo en las elecciones- y Luis Fernando Camacho (empresario de Santa Cruz), son los responsables locales serviles al imperialismo, junto a la oportunista y cobarde policía autoacuartelada-amotinada, y a las Fuerzas Armadas que pidieron la renuncia de Evo.
Por supuesto, el proceso se nutre del trabajo de estructuras financieras y mediáticas reaccionarias que también se encargan de sembrar odio y desclazar a parte de la ciudadanía que termina por defender a sus opresores. Alerta, América Latina es víctima de un nuevo Plan Condor. Otra vez la derecha volteó a un gobierno democrático en ejercicio y electo por la voluntad popular, nada de golpe blando.
Evo debe estar transitando las peores horas de su vida, no se sabe si quedará ilegalmente detenido o deberá salir exiliado de su país, crece la tensión y el panorama es absolutamente incierto. La parte del pueblo que lo apoya, que son la mayoría, empieza a manifestarse en contra del golpe. El lunes en Buenos Aires habrá una concentración y marcha a las 13 horas en el obelisco.
Solidaridad con el pueblo boliviano. Evo ya lo dijo: «el peor enemigo de la humanidad es el imperialismo».