El caso de Ramiro González, de 23 años, asesinado por el oficial de la Policía Bonaerense Ángel Darío Kerk, ha generado conmoción e indignación. La decisión del Juzgado de Garantías N°2 de San Martín de rechazar el pedido de sobreseimiento para Kerk, solicitado por el fiscal Gustavo Carracedo, refuerza la sensación de impunidad que los familiares y activistas han denunciado en este caso.
La madre de Ramiro, Paola, sostiene que el fiscal está desatendiendo el homicidio en favor de investigar un presunto robo, lo que ha provocado más cuestionamientos. A su vez, la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) interviene en la causa, ya que existen evidencias y testimonios que sugieren un caso de «gatillo fácil». Aunque Kerk afirmó haber disparado cuatro veces, la autopsia detectó cinco impactos en el cuerpo de la víctima, mientras que la ropa que Ramiro vestía muestra aún más perforaciones, lo cual, junto con el testimonio de los vecinos que oyeron la descarga de un cargador completo, sugiere que el número de disparos podría haber sido considerablemente mayor.
Este caso refleja las demandas por justicia en episodios de violencia policial y las tensiones entre las investigaciones judiciales y las demandas de las familias de las víctimas, quienes claman por esclarecimiento y justicia en un caso que ha conmocionado a la comunidad de José C. Paz.