El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, visitó el Palacio del Planalto (sede de Gobierno) y la corte suprema en Brasilia para evaluar los destrozos que dejaron los seguidores golpistas del exmandatario Jair Bolsonaro que atacaron por la tarde las sedes de los tres poderes.
El mandatario regresó a la capital brasileña tras haber estado durante el día en Arararaquara, interior de San Pablo, visitando lugares afectados por una fuerte inundación.
El interior del Congreso, el Supremo Tribunal Federal (STF) y el Palacio del Planalto fueron desocupados luego de una operación que contó con la tropa de choque y el lanzamiento de gases lacrimógenos desde helicópteros.
Según las autoridades, al menos 200 personas fueron detenidas por los ataques a los edificios gubernamentales.